Instalaciones de la empresa Avanzare.
Está llamado a ser el plástico del siglo XXI; el material que revolucionará la fabricación industrial a gran escala. Hablamos del grafeno, un nanomaterial similar a una lámina de papel, transparente y con el espesor de una capa atómica. Se comenzó a producir hace apenas un lustro y su futuro no puede ser más prometedor. Cualidades como su fortaleza y ligereza lo convierten en un excelente conductor térmico y eléctrico y su aplicación es ilimitada en sectores como la electrónica o el militar.
Un nanomaterial se diferencia de un material convencional por su tamaño. Tiene entre 1 y 100 nanómetros, o lo que es lo mismo, mil millones de veces menor que un metro. Esto se traduce en que los nanomateriales tienen mucha más superficie con la misma cantidad de peso que un material mayor. Y, se supone, presentan una serie de propiedades que los hace únicos.
Por el momento, el grafeno se fabrica en pequeñas cantidades debido a las limitaciones tecnológicas, pero su producción crece exponencialmente cada 12 meses. “Su uso estaba en la prehistoria hace dos años”, asegura Julio Gómez, fundador y presidente del consejo de administración de Avanzare, empresa riojana de producción de nanomateriales especializada en grafeno. “El año pasado aún estábamos en la Atapuerca de la producción de este material. Pero se está avanzando mucho y muy rápido: cada vez se hace de mayor calidad. En tres años nuestros pedidos han pasado de 50 gramos a cinco kilos”. Como promedio, el grafeno se aplica en un 0,004% del producto final, es decir, una parte de grafeno por cada 25.000.
Además de Avanzare, otras empresas como Grapheano (Alicante), Graphenea Nanomaterials (San Sebastián), Graph Nanotech (Madrid) o Graphendis (Alicante) han convertido a España en uno de los líderes mundiales en la producción mundial de este material, algo que responde a la calidad de nuestros investigadores. Una excelente noticia para un país acostumbrado a copar los últimos lugares en cuestiones relacionadas con la innovación.
De momento, su precio actual ronda los 2.500 euros por kilogramo, aunque esta cifra varía mucho en función de la calidad del material. Pero Gómez advierte de que con una escala de producción creciente y una disminución de su coste energético, en el último año su precio se ha reducido en un 85% y la perspectiva es que mantenga ese ritmo decreciente. Con un 11% de la producción mundial de grafeno en polvo (también se fabrica en láminas), la firma riojana es líder global de un sector que genera en el mundo unas cifras de negocio estimadas en unos 15 millones de euros anuales.
Además de grafeno, Avanzare fabrica otros nanomateriales, normalmente productos intermedios que se utilizan en industrias como la alimentaria, aeronaútica, espacial o automoción y se aplican a materiales como plástico, caucho, papel, cartón, madera o envases. La empresa con sede en Logroño también fabrica un producto final: un sensor basado en el grafeno.
Gómez recuerda que la investigación básica con nanomateriales comenzó en el año 2000. “Entonces no había fabricantes que la aplicaran a la industria. Vimos que en este sector había una clara oportunidad de negocio y nos lanzamos a montar una empresa química para fabricar nanomateriales”. Fundada a final de 2004, Avanzare ha pasado en solo una década de contar con tres químicos que ocupaban un local de 100 metros cuadrados a disponer de una plantilla de 37 personas que desempeñan su trabajo en dos naves de 2.000 y 2.800 metros cuadrados, donde se reparten los espacios dedicados a laboratorios, I+D, producción y administración.
Diez años recorridos con paso firme y creativo para competir con multinacionales europeas del sector y empresas de Estados Unidos con enormes volúmenes de inversión de capital riesgo. Gómez asegura que “no hemos tenido inversiones externas. Reinvertimos siempre nuestros beneficios –en torno a un millón de euros anual en I+D–. Para competir, nuestros productos tienen que ser por lo menos mejores que los suyos. Y esto se consigue con mucha innovación. A algunas empresas muy grandes las hemos desplazado completamente y hemos copado hasta el 70% del mercado europeo en algunos nichos”.
Con un volumen de negocio previsto de unos cuatro millones de euros en el presente ejercicio, Avanzare produce actualmente 60.000 kilos de nanomateriales anuales, de los que exportan aproximadamente el 50 %, una cifra que les sitúa entre los dos primeros productores europeos del sector junto a Nanocyl, firma belga especializada en la fabricación de nanotubos.
Un sector pujante
El sector de los materiales químicos vive un periodo de crecimiento tanto en España como en Europa. En lo que se refiere a los nanomateriales, su comercialización crece de forma exponencial en todo el mundo, aunque los mercados registran de forma recurrente algunos cuellos de botella.
El principal es su elevado precio, aunque la creciente producción y la mayor inversión en investigación están contribuyendo a hacer este sector más competitivo. Otro obstáculo lo representa la seguridad, puesto que es habitual que se comercialicen espolvoreados, con el peligro de que vuelen y puedan ser inhalados, con su consiguiente riesgo para la salud. La alternativa para evitarlo es venderlos insertados en una dispersión sólida o líquida, una práctica cada vez más común entre las empresas del sector.
También supone un problema el transporte, ya que su elevada superficie complica su movilidad. Es habitual que el traslado de entre 100 y 200 kilos requiera de un camión entero.
Por último, está la cuestión de que los materiales se procesan de manera diferente y a medida en función de los diferentes clientes y sus aplicaciones. Una solución a esto la ofrece Avanzare, que han patentado un nanointermedio estandarizado.
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