El tratamiento hospitalario de enfermos de ébola requiere seguir unos protocolos de seguridad bien establecidos y que son fundamentales para que el virus no pase las barreras de contención. Las normativas establecen tanto el aislamiento del paciente en una habitación individual como la necesidad de que todo el personal sanitario vista trajes de aislamiento que no dejen al descubierto ni el más mínimo resquicio de su cuerpo. En teoría, todas estas medidas estaban vigentes en el Hospital Carlos III de Madrid donde se atendió a los dos misioneros contagiados con ébola. Entonces, ¿qué ha fallado?
“Solo me puedo explicar este contagio por un error humano”, opina Luis Enjuanes, virólogo del CSIC y experto en algunos de los virus más peligrosos del planeta, como el SARS. "La gran ventaja que tiene el ébola es que no se transmite por el aire, por lo que si se usa el equipo adecuado y se establece el aislamiento requerido no tendría que haber ningún contagio”, comenta. “Es posible que la contagiada tocase algo de material biológico del enfermo, como heces u orina”, dice. “Ahora la situación se complica pues hay que aislar a todas las personas que estuvieron en contacto con la auxiliar infectada”, dice Enjuanes, que añade: "No tiene que haber más contagios si se siguen los protocolos y no falla ningún equipo de protección”.
"Riesgos" de la operación
Cuando saltó la noticia de la repatriación de Miguel Pajares, el primer misionero español infectado que fue traído a España,asociaciones médicas y sindicatos advirtieron de los “riesgos” que esto entrañaba, y llegaron a decir que ningún hospital madrileño estaba preparado para recibir a un paciente contagiado con el virus.
"Si se usa el equipo adecuado y se establece el aislamiento requerido no tendría que haber ningún contagio", dice Luis Enjuanes, virólogo del CSIC
Otros expertos en salud pública disienten. "Las instalaciones del Carlos III no son inferiores a otras y el problema no está relacionado con ellas", opina José María Martín-Moreno, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia y asesor de la Organización Mundial de la Salud. "Para atender casos de ébola no hace falta un hospital espectacular y hay que recordar que el índice de contagiosidad de este virus es menor que el del VIH/sida o el SARS [síndrome respiratorio grave y agudo]", asegura.
Los requisitos ante el ébola varían según el entorno en el que se vaya a manejar el virus. Para investigar con el virus vivo hace falta una instalación de máxima seguridad biológica conocida como BSL-4 (Nivel de Bioseguridad 4). En España no hay ninguna instalación de este tipo capaz de manejar virus humanos como el ébola o el virus marburg. Sí existen instalaciones de nivel 3 y 3+, donde las normativas permiten analizar muestras derivadas de pacientes infectados. La gran diferencia entre uno y otro es que en el nivel 4 el aire le llega a las personas del exterior a través de un tubo de respiración, y además se someten a unas duchas de desinfección antes de salir de la zona de aislamiento.
Este experto, que investiga las proteínas que envuelven al virus del ébola, señala que el primer contagio registrado en España “es una situación sin precedentes y que, evidentemente, ningún hospital ha estado entrenando a su personal cada tres meses para recibir un enfermo de ébola”. Pero, en su opinión, “no hay ninguna razón por la que no se puedan tratar a enfermos de ébola en hospitales de España”. Lo importante, dice, es “seguir un protocolo de actuación sistemático”, pues no se trata de medidas de contención “extraordinarias” si se las compara con dispositivos similares para contener el contagio de otras enfermedades. Enjuanes coincide. “Sí hay hospitales capaces de recibir a enfermos de ébola en España, lo importante es seguir el protocolo”.Otro asunto son las instalaciones sanitarias. En este caso, los hospitales siguen normativas derivadas de guías como la elaborada por el Centro de Control de Enfermedades de EEUU, explica Rafael Delgado, del Servicio de Microbiología del Hospital 12 de Octubre (Madrid). “Las medidas incluyen tener al paciente en una habitación aislada y con baño propio, el personal médico lleva equipo de protección con gafas, mascarillas, bata impermeable, etcétera y, sobre todo, se mantiene una estricta secuencia para vigilar un correcto vestido y desvestido de todo el personal y así impedir que el virus entre en contacto con personas sanas”, detalla Delgado. “Ahora lo que se está haciendo es revisar esos protocolos para saber qué pasó en el caso del Carlos III”, añade.
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